jueves, 12 de febrero de 2015

Silencio

Silencio, sórdido e inaudible murmullo
Las voces no esperan ser oídas
Porque mientras observo las hojas caídas
Los árboles que sienten mi presencia
Abrazan mis miedos más ocultos.

En el aire hay microscópicas explosiones
Cada una liberando una voz
Dioses que no saben castigar
Mártires que no saben morir
Y me piden que elija por ellos.

Al sol perdoné por su luz
Por iluminar las trampas de la oscuridad
Allí guardaba mis tesoros
Allí mis secretos confinados
A la soledad y el exilio.

Supe correr entre los árboles
Que sonreían en complicidad
Ellos no oyen las notas
Siempre dejan la decisión en mí
Y siempre elijo el silencio.

La melodía del invierno
Que congela al vibrar
A veces suena a carcajada
Pero eternamente será

La quietud del sonido.

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